lunes, 15 de marzo de 2010 | By: Compañero de Milicia

Hormiguitas...


Cuando era niño me fascinaba ir al pequeño, pero exuberante jardín que teníamos en la entrada de mi ex casa. Era un lugar maravilloso, ahí podía ser un superhéroe; Batman, Superman, Spiderman y hasta el Chapulín Colorado han hecho de las suyas en aquel increíble paraje salpicado con partículas de magia y lleno de utópicas aventuras. En ocasiones era un soldado que luchaba vertiginosamente en una guerra, me podía camuflar entre la espesura del verde follaje o contar las municiones que aun me quedaban bajo la sombra producida por el dosel de las ramas. En épocas de lluvia tenia que combatir con impetuosos sapos, ranas [a estas mas les gustaban los charcos que se formaban en el vivero de al frente] y demás animales que trataban de invadir mi terreno. En tiempo de otoño tan solo era un niño jugando a las bolitas en un “gran” desierto que algunos días era inyectado con agua hasta formarse un pantano. Pero había algo extraño para mi [teniendo en cuenta mi edad] que llamaba mucho mi atención, algo que paralizaba todos mis ensueños, una situación digna de ser mencionada. De todos los raros insectos con los que día a día me topaba, de vez en cuando me encontraba con un grupo de laboriosos insectos que transportaban alimentos a su guarida.Si; unas hormigas eran las que desfilaban acompasadamente. Como mi deseo de explorar era mas que el de divertirme, pues, no perdía ni un segundo y me ponía a observarlas bien de cerca. era muy placentero conocer aquel inédito [como ya lo dije, teniendo en cuenta mi edad] mundo de esos insectos. Existían veces en las que juntas luchaban con gigantescas cucarachas heridas por algún humano, aunque no por eso perdían toda su fuerza, las hormigas tenían que desatar una gran batallas para poder llevarse aquel trofeo a casa, por momentos creía escucharlas: heyy!! Vamos, en la cabeza…acta...Pásame la sogaa…ya casi es nuestra, ¡jalen con fuerzaaa! Las arengas iban de aquí para allá. Otras veces se las ingeniaban para cruzar inmensas lagunas. Pero hay una característica que siempre iba impregnada en ellas, nunca las abandonaba. ¿Te imaginas cual es?... mmm… pues es la UNIDAD, siempre se brindaban ayuda. Como ya saben las hormigas tiene que guardar su alimento para épocas donde no lo hay, por eso a veces las veía en fila llevando semillas o alimentos por el estilo. Cuando la semilla que encontraban era de poco peso, cada una sin hacer mucho esfuerzo cargaba la suya propia. Solitas, una detrás de otra iba llagando a su meta, osea su casita. Sin embargo, cuando una hormiga encontraba una semillas de gran tamaño que no lograba cargar y llevar por sus propias fuerzas, todas las demás hormigas de su zona iban y se unían para de alguna u otra forma colaborar con la carga de dicho alimento: yaa!... a la voz de tres… uno, dos, tres… ¡al hombro!... ustedes jalen con la sogaa!... las demás… vigilen que no se acerque ningún saltamontes … sigan…ya falta poco…no se rindan…!juntas todo se puede lograr!

Hay ocasiones en las cuales necesitamos imitar a los animales, tienen mucho que enseñarnos. Cuando alguien hace algo tonto le decimos: oeee que tienes animal. Pero hay situaciones en las que los animales resultan ser más sabios que nosotros, sino lee los últimos proverbios. En la misma Biblia muchas veces se los pone como ejemplo.

Hay veces en las que como cristianos no podemos sobrellevar una carga por nosotros solos y en consecuencia de eso nos desanimamos por el camino y no legamos a la meta, dejamos de hacer lo bueno por que nos sentimos fracasados. Pero ¿Qué pasaría si alguien nos diera una mano, sin tan solo una persona nos ofreciera su ayuda? Sin duda puedo decir que eso nos daría un aliento extra para poder seguir adelante, para no quedarnos por medio camino con esa semilla que necesita ser transportada hacia su desanimo. Un: ¡vamos hermano, el Señor quiere lo mejor de usted!, ¡no se rinda, siga preparándose para la eternidad! "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras"[hebreos 10.25].Quien no quisiera oír unas frases así. Que levante la mano. Pero ¿Cuál es el destino de la semilla? Es la gente inconversa. Hay muchas personas que necesitan la semilla de la palabra de Dios, pero como la fatiga y el desanimo se apoderan de nosotros la semilla no puede llegar a su destino. Lo que requerimos para que se haga una gran obra para Dios es la unión. Hay mucha gente que se pierde por que solemos preocuparnos más por las discusiones entre hermanos. Integrados se pueden lograr muchas cosas, sino échale un vistazo a las hormigas...jeje… además así el mundo conocerá de Cristo.

Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. [Juan 17.23]