sábado, 24 de octubre de 2009 | By: Compañero de Milicia

Falsa y la perfecta para Su Medida


Algunos días después de haber escrito el post anterior, me sucedió algo que realmente eme hizo sentir como más persona más insensible en todo el mundo. Una noche luego de haber terminado mi exuberante cena; habiendo ingerido velozmente la avena que se desbordaba de la orbita de mi taza y desaparecido la protuberancia de arroz con… (No me acuerdo) que contenía mi plato; totalmente satisfecho, me disponía a regresar hacia la sala y retomar mis quehaceres estudiantiles que había abandonado para ir a comer. Me levante de la silla sacudiéndome mis adormecidas piernas y camine a paso de tortuga por la ya memorizada ruta de comedor-sala de mi casa. Andando por el obligatorio camino que lleva a la sala, me percaté eventualmente que a mi lado derecho (en el rincón de keyris… no encontré mejor nombre) se encontraba mi hermana (ya acostumbrada a aparecer en mis últimas publicaciones), con sus alborotados papeles y adornos de toda clase, haciendo algo que me disgusto mucho. En mi acto de corregirla de buena forma, le mande una tremenda regañada que la dejo un po9co sentida (aunque igual no me hizo caso). En el lapso en que demore en llegar a la habitación siguiente, iba pensando en que lo que había hecho no era muy bueno. Ya habiéndome metido de lleno en mis labores, se apareció mi mama, quien gracias a su agudeza de oído o a los casi 60 metros cuadrados que representan mi humilde casa, había escuchado todo lo que le dije a mi hermana. Mi mama comenzó a decirme que lo que había hecho estaba mal , que para la próxima vez tenga mas cuidado, que deje de decirle esas cosas a mi hermana; pero lo que mas me llamo la atención fue cuando menciono que las palabras no se dicen así , que lo correcto era decir la verdad pero con AMOR. Yo trate de excusarme diciendo que se lo había dicho en tono de broma, pero mi mamá igual me hizo ver que estaba mal. Si bien es cierto que tenía la razón al hacerle saber a keyris que lo que estaba haciendo no era para nada bueno, no debí expresar todo eso de una manera tan exasperada y sin la más mínima muestra de amor. A raíz de eso fue que pude experimentar en carne propia la insensibilidad de mi parte, pero finalmente cuando ya me encontraba en total soledad, pude reflexionar en mi interior acerca de todo lo acontecido, el error que había cometido, lo tan inmaduro que me había mostrado en aquel trance. Arrepentido, pude sacar algunas conclusiones de esta mala experiencia encaminada para aprender lo bueno.


Después de haber ocurrido toda esa situación, complete las ecuaciones que nos hacen frustran nuestro crecimiento espiritual, ecuaciones a continuación presentadas.


VERDAD – AMOR = INSENSIBILIDAD


Hubo un tiempo en el que estaba confundido en cuanto a lo que llevaba a la madurez espiritual; tenia todas las ganas de crecer en mi vida espiritual, de avanzar cada día mas, de madurar sin importar lo que tenga que sacrificar erróneamente, pensaba que solo podía andar bien si dejaba de hablar y de juntarme con personas cristianas( y no cristianas también) que supuestamente eran mas inmaduras que yo, creí que crecería dejándolas totalmente de lado y mirándolas con desden. Al final yo resulte ser el inmaduro por pensar de esa manera tan equívoca. Alejarse del mundo trae bendición (salmos1.1) pero eso no significa que vas a ser despasivo, dejar de hablar y de ser amable con las personas incrédulas, sino que no te vas a conformar con lo que ellas hacen. A través de tu amabilidad y servicio los otros van a ver reflejado a Cristo en tu vida y vana a querer conocerle. En vez de dejar de hablarle a otros cristianos y no hablarles, podemos contribuir y ayudarnos mutuamente para la edificación [romanos 14.9]. buscaba madurar mas, andar en la verdad, pero carecía de algo muy importante.

Creo que muchos de nosotros en nuestra brega por llegar a ser mas espirituales, tratamos de andar en verdad, queremos que todo se haga como nos parece que es, reprendemos duramente, con palabras muy subidas de tono, a personas por algo que hicieron cuando podríamos ayudarles de una buena forma a ver su error, tenemos un gran cuidado por hacer cumplir la palabra de Dios, sin embargo dejamos en el olvida un ingrediente de suma importancia: el amor.

En [Lucas 9. 51-56] vemos relatada la historia de que Jesús se proponía ir a Jerusalén y fueron mensajeros para que hagan preparativos. Cuando Jesús fue, los samaritanos no le quisieron recibir por que su aspecto era como de ir a Jerusalén [como ya sabemos los de Samaria y los de Jerusalén… no se pasaban!]. al ver esto Jacobo y Juan dijeron: “señor ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como lo hizo Elías, y los consuma?”

Jacobo y Juan eran dos discípulos que trataban de andar en la verdad, que querían crecer mas en su vida espiritual, tenían un gran celo por la verdad, pero dejaban omiso el amor, querían hacer todo bien y en consecuencia de no contar con amor en sus actos, resultaban siendo indiferentes. Lo que Jesús les respondió a manera represiva, ante sus sinuosos comentarios fue lo siguiente: “vosotros no sabéis de que espíritu sois; por que el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”

A veces somos como ese par; queremos estar en verdad, pero al no tener amor extraviamos la verdad hacia los demás, nos volvemos apáticos, tratamos a nuestros hermanos en la fe con displicencia, con bastante aspereza, y no solamente a nuestros hermanos, sino que también perdemos la compasión por la gente inconversa; la indiferencia se apodera de nosotros haciendo que no mostremos amor por las personas que aun no tienen a Cristo, cuando deberíamos mostrar el amor de Jesús por medio de nuestras acciones. La verdad sin amor va convirtiéndonos en insensibles, hace que nos tornemos inertes ante los sentimientos de los demás. En la preeminencia del amor [1 corintios 13] que también lo vimos la vez pasada, encontramos lo siguiente en el versículo 1: “si yo hablase lenguas hu8manas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o cimbalo que retiñe”. Simplemente las palabras que digamos sin ninguna muestra de amor, nos va a hacer ver como unos insensibles, como seres que no sienten nada, nuestro hablar va a ser mas escalofriante que el tañer de un par de platillos. Y ¿de que sirve lo que hagamos si no lo hacemos con amor? El [v. 3] nos da la respuesta: “de nada me sirve”. Entonces por lo visto anteriormente, podemos concluir que
Verdad – amor = insensibilidad


VERDAD + AMOR= CRECIMIENTO ESPIRITUAL

Esta es la ecuación perfecta para alcanzar la madures espiritual, solo siguiendo la verdad en amor vamos a crecer espiritualmente, ese es el camino para llegar a ser como el varón perfecto “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”
, asi vamos a poder encaminarnos a la madures completa, a la semejanza con Cristo [que siempre debemos aspirar].

Pero no solamente debemos conformarnos con nuestro crecimiento, sino que también debemos ayudar a los otros. Como dice en [Hebreos 10.24] “y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.” Es necesario el mutuo apoyo para crecer espiritualmente y es indispensable estar bien asidos del amor a fin de ser capaces de comprender el amor de Cristo “para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” [Efesios 3]

Andar en amor no solo va a ser bueno para ti mismo, sino que por supuesto que va resultar provechoso para tus hermanos. Tu amor va a redundar para beneficio de los que por alguna razón estén tristes o desanimados. “pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, por que por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.”

Y como casi todas las historias tiene un final feliz, pues, diré que Jacobo y Juan pudieron entender que el amor era algo necesario en gran manera. Después de todo, Juan llego a ser el discípulo del amor, en los libros que escribió la palabra amor y sus derivados aparecen un montón de veces [cuéntalas], incluso dijo que el que “no ama a su hermano no es de Dios” [1 Juan 3. 10] Juan aprendió todo esto por que tenia un gran maestro: Jesús. Nosotros también podemos aprender, ya que tenemos la mismísima palabra de Dios con nosotros. y Yo, claro que también pude sacar una lección de esta embarazosa situación, finalmente aprendí que debía y debo tratar con amor a mi, a veces fastidiosa, hermana y por consiguiente a todas las personas. Así que podemos decir satisfactoriamente que

Verdad + Amor = Crecimiento Espiritual