lunes, 28 de septiembre de 2009 | By: Compañero de Milicia

Despues de la fogata


Después de toda una semana llena de bendiciones, llego a su final la campaña de jóvenes 2009 , con predicaciones realmente edificantes departe del pastor Ibo Senmache, quien gustosamente acepto comunicarnos de forma explicita la palabra de Dios en todos estos días de culto, donde sin duda alguna hubieron muchas decisiones por parte de los oyentes, en los cuales por supuesto que me encontraba Yo. Ahí estaba dispuesto a recibir y aprovechar al máximo las enseñanzas, y si que lo hice, ya que tome varias decisiones que como dice C.M se harán evidentes con el pasar del tiempo.


Pero siempre es divertido contar esta tira de peculiaridades de campaña. En mi publicación anterior mencione que iba a escribir sobre lo que sucediera a lo largo de la semana, a decir verdad sucedieron tantas cosas que seria casi imposible escribir cada detalle de lo que paso. Sin ninguna pizca de duda lo que mas resalto fueron las tan buenas predicaciones impartidas, pero también quisiera mencionar esto del banquete y fogata [no te lo pierdas].


El día viernes al finalizar el culto, se podía observar todos los ajetreos que hacían ciertos muchachos para ir al banquete [que se hizo en una conocida polleria], todas sus jugadas, sus maniobras para invitar a alguien y no ir solo para no recibir el premio al llanero solitario 2009 [se lo dieron a Jhon Namuche…jajaja]. Algunos con toda tristeza sacaban esos tres billetes verdosos con la cara de Quiñones Gonzáles y sin más remedio ni objeción se lo entregaban duramente a la encargada de decepcionar el dinero. Ahí estaban también los que se habían peleado durante todo el mes y al final salieron juntos, o los que decían que no tenían para pagar su banquete y el de su pareja, pero al final conseguían plata de donde sea y se apuntaban desesperadamente, Se podía ver a los que no invitaban a nadie para no gastar, se inscribían solos y ya en la polleria se emparejaban cuando la chica ya había pajado frustrante su entrada, no faltaron los “serruchos” que aprovechaban la ausencia de otros para estar por ahí rondando como lobos[broma…jaja]. Yo como siempre esperando hasta ultima hora, total, no era algo desagradable para mi el salir solo, además si salía solo iba a dirigir o a hacer algo entretenido, me daba lo mismo, ya estaba acostumbrado a este tipo de situaciones. Estaba con este pensamiento hasta que me di cuenta que Yo era el único que iba a salir solo; había algunos que suban sin pareja también, pero intuía que se iban a invitar en el mismo restauran [intuí bien]. Así que me anime a invitar a alguien. Lo malo es que había pocas chicas con la que podría salir, mejor dicho no había nadie. Estaba en toda una enredada situación, una embarazosa realidad, me encontraba en una real encrucijada, de la cual no sabia que opción tomar. Para suerte mía llame a Mayo por celu que sin vacilar acepto mi propuesta y se convirtió en mi súper pareja de banquete [jaja]. Ya en el banquete todo salio como planeaba: una buena cena, momentos agradables, cánticos, concursos[por cierto mi grupo gano en la composición de un acróstico], juegos, la premiación a las parejas mas resaltantes de la noche, ósea la entrega anual del EN TV- CHUSQUI GRAMI 2009 que se hizo realidad con la súper conducción de Cesar y el ya con0ocido Toñito [V], que con una muy buena dirección despidieron la noche, a y no olvidar la predicación del pastor Ibo[trato del banquete de sansón].



Todos los años [desde que me acuerdo]se suele hacer una fogata al finalizar la campaña de jóvenes. Esta no fue la excepción, también se planifico para que se pudiera concretar y se llevo a cabo en las orillas de la playa de Pimentel. Al terminar el culto, ya usual de las seis de la tarde, vino a recogernos el vehiculo que nos transportaría hacia nuestro destino propuesto. Sin mas inconvenientes se realizo [obviando que solo habíamos llevado media botellita de kerosene, para prender la leña, la cual no fue suficiente. Cesar tuvo que sacrificar su media para que la leña pueda prender. Jorge y Joel, fueron por mas de 20 minutos a buscar el ansiado combustible], llego el momento de regresar a Chiclayo. Después de la fogata caminé solo hasta llegar al bus, ya en mi casa pude escribir algo sobre ese extraño momento [perdonen mi ambigüedad]:


Con un lento andar iba cruzando un largo trecho de la playa, sintiendo acercarme hacia el sinuoso muelle del frió Pimentel primaveral. Con la mirada clavada fijamente en la arena alumbrada por la endeble luz que obsequiaba la menguante, pero bella lumbrera nocturnal. Mientras a mis espaldas aun murmuraban unos trozos de carbón oprimidos por una llamarada que los consumía lentamente. A mi diestra se oían las funestas notas del canto taciturno de las olas que sin pena ni gloria morían en total mansedumbre. El soplo tenue del pacifico mar que insinuaba una suave caricia a mi rostro. El cielo azul inmenso atiborrado de estrellas que jugaban con las nubes a ver quien eran las primeras. El viento hechizado me permitía un dulce respiro. ¡Anacoreta! me decía al voltear la mirada y ver mis huellas alejadas de los tantos hombres, algunos en parejas conversaban febrilmente, otros en grupitos dialogaban sin cesar.


Yo reflexionaba con mi apatía ocasional. Y en un suspiro mió que envolvía una pregunta, ciertas dudas, mil ensueños juveniles; daba gracias a mi Dios por sus palabras, sus lecciones, su perdón reconfortante. Mi caminar se apresuraba progresivamente, podía divisar con suma claridad cada tablón del muelle y en una maniobra tangencial dirigía mis pasos hacia las escaleras. La arena acababa, la combi me aguardaba yacida junto a la acera de un edificio costero.


La semana de jóvenes llegaba a su fin, me esperaba otra vez un nuevo amanecer. La alegría se apropiaba, en algo medio extraño, de mi mente al saber que un distinto porvenir me acompañaría en adelante. No era como en otras ocasiones, ahora a mi mismo me repetía lo que una propaganda decía: lo mejor de cada final es que siempre hay un nuevo comienzo.


Después de la fogata había pasado todo esto. Con ganas de retornar a Chiclayo, avivar ese fuego del don de Dios y trabajar con más empeño.


Gire mi rostro y en una ultima mirada me despedía del mar, la arena, el firmamento y una vez mas daba gracias a mi Dios por su misericordia, bondad y fidelidad.